lunes, 8 de octubre de 2012

Diario de campo

Elaboración de numeraciones con frutas (plátano, pera y naranja).

Resolución de sumas por medio de plastilina



domingo, 7 de octubre de 2012

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PARAFRASIS MANOS MILAGROSAS.
Dentro de la película nos encontramos con posturas que adoptamos como estudiantes y en un ámbito laboral, pues como no lo marca la película el protagonista es el centro o donde giran las acciones de los demás, sin embargo debemos tomar desde esta perspectiva  una postura crítica sobre lo que realmente estamos haciendo. Puesto que como estudiantes nos tomamos muchas actitudes de desinterés de lo que hacemos, sin embargo Benjamín nos muestra que al ser estudiante es adoptar el papel o fungir en un rol de investigador, pues es lo que nos hará adquiridores de conocimiento, y nos abrirá paso para seguir conociendo y aprendiendo más cosas.
En el campo laboral nos enfrentamos a muchas situaciones en las cueles ponemos en práctica lo aprendido, y estamos expuestos a fallar, pero también nos permite crecer como personas y profesionalmente, además de permitirnos adquirir nuevas nociones de lo que aprendemos por nosotros mismos y con los demás, puesto que un trabajo colaborativo es importante como lo vimos en el hospital con los compañeros de Benny, sin embargo no debemos descartar que dentro de la docencia también el trabajo colaborativo nos abrirá muchos caminos para crecer como persona y profesionalmente, podemos pensar al ver la película que no tiene relación con la docencia, pues que tiene que ver un medico con un docente, pero en la película y viendo la vida real y cotidiana existe una estrecha relación entre estas dos profesiones, ya que el médico lucha por salvar una vida o por mejorar la vida de las personas, pero un docente va a buscar el mejoramiento de la vida dentro de una sociedad de conocimiento y esto permitirá elevar la calidad de vida.
SOLIDARIDAD.
Había una vez, una gran gigante llamada Molí, que vivía en un gran palacio de dos metros de largo y un metro de ancho.
Un día, al llegar a su castillo encontró su palacio lleno de criaturas muy extrañas con la estatura de una manzana.
Eran hombres hasta que una bruja malvada los convirtió en esas criaturas extrañas y la bruja al hacerle el hechizo les dijo que sólo con la mirada de un humano volverían a ser hombres, pero allí no existían los humanos, entonces las criaturas corrieron durante horas y horas. Sin darse cuenta llegaron al palacio de Molí.
Cuentos infantiles - la princesa y el dragon
Molí muy asombrada se preguntaba qué eran esas criaturas.
Molí miraba para todos lados menos a ellos, ellos la tocaban y la tocaban para que los mirase a todos pero las criaturas no lo conseguían. Molí los miró finalmente y ellos volvieron a ser hombres felices, buenos y educados como siempre lo fueron y lo serán siempre. Estuvieron eternamente agradecidos a la gigante.
FIN
PERSEVERANCIA.
Aunque Sebas era un poco lento y le costaba mucho tiempo llegar a todos los sitios, él era muy trabajador y perseverante.
Cuando Sebas era un caracol muy pequeñín, siempre iba de la mano de su mamá de camino al colegio. El cole estaba a sólo 2 metros de su casa, y aún así tardaban más de una hora en llegar.
Sin embargo, para Sebas, el pequeño caracol, era el mejor momento del día, pues para alegrar la mañana a su mamá la caracola, iba cantando todo el camino.
Cuento Sebas el numero uno
Desde muy pequeño, Sebas se había distinguido del resto de los caracoles, en que cuando salía el sol, en lugar de salir a la calle para sacar los cuernos al sol y pasarse las horas muertas sin hacer nada, Sebas, se quedaba encerrado en su habitación cantando una y otra vez.
Pero en el país de los caracoles donde él vivía, no era muy valorado, de hecho le veían como a un bicho raro…
Así que cuando Sebas cumplió 18 años, cogió su maleta y se marchó al país de la esperanza, para poder ser lo que siempre había soñado, ser cantante.
Sebas tardó mucho tiempo en llegar al país de la esperanza, y una vez allí intentó hacer realidad su sueño, pero no pudo ser…
A los pocos meses, Sebas el caracol, tuvo que regresar a su país, pues se quedó sin dinero, ya que el país de la esperanza era muy muy caro, y Sebas era de una familia humilde.
Una noche, Sebas tuvo un sueño muy especial. Soñó que un cantante muy famoso se presentaba en su casa, y le decía que iba a ser uno de los concursantes elegidos para un programa de música
Cuando Sebas se despertó dijo: “Vaya ha sido otro sueño más…”
Sin embargo, cuando estaba desayunando, el cartero llamó a la puerta, tenía un pequeño paquete envuelto. Sebas lo abrió inmediatamente, pues estaba intrigado.
- No me lo puedo creer! pero si es una invitación para participar en el programa de música: “el número uno”
Sebas empezó a llorar de la emoción, pues se abría una nueva puerta en su vida, ahora estaría más cerca de alcanzar su sueño, ser un gran cantante, ser el numero uno.
FIN
Moraleja: Siempre hay que luchar por nuestros sueños, y para ello hay que creer en uno mismo y ser perseverante.
TOLERANCIA Y DIVERSIDAD.
Había una vez una familia que tenía dos niños, eran muy felices, pero aún así, los niños, se pasaban los fines de semana muy muy aburridos.
Se llamaban Laura y Esteban, y sus padres estaban muy orgullosos de ellos, pero no sabían que hacer con sus hijos en Madrid, que era la ciudad donde vivían.
¿Qué hacer con los niños en Madrid? Era la gran pregunta.
Los padres se pusieron a buscar como locos en algunas guías, actividades para niños en Madrid, ya que no sabían que planes hacer con ellos en el tiempo de ocio.
Que hacer con los niños en Madrid
Como no estaban muy seguros de las actividades que les gustarían a sus hijos, les preguntaron a ellos mismos: “Laura empieza tú, ¿qué te gustaría hacer por Madrid este fin de semana?“.
Laura se quedó pensando y dijo: “Yo quiero ir al zoo, a ver animales sueltos grandes!!!” Pero rápidamente Esteban se opuso porque no le gustaban los animales, le daban miedo.. “Yo no quiero ir al zoo, que hay muchos animales sueltos!! Quiero hacer otra actividad que sea más para niños!“, dijo Esteban.
Los padres le preguntaron a Esteban: “Entonces Esteban, ¿qué quieres hacer tú este fin de semana?“ A lo que Esteban respondió: “Quiero ir al parque de atracciones de Madrid, que allí hay un montón de actividades para niños, y me lo paso muy bien“.
Pero de repente, Laura contestó: “A mí no me gusta el parque de atracciones!! Me dan miedo los cacharritos y las atracciones…
Los padres ya no sabían que hacer para que los niños se pusieran de acuerdo, así que sugirieron otros planes para hacer el fin de semana en Madrid: “Niños, ¿qué os parece si vamos a algún Museo…, los más bonitos son El Museo del Prado, el Museo Reina Sofía, o el Museo Thyssen. ¿Os apetece?
Los niños eran todavía demasiado infantiles y de momento no les atraían mucho los museos… pero de repente Laura dijo: “Y por qué no vamos al Museo de Ciencias, allí podemos ver a los dinosaurios, y es un museo para niños en Madrid!!
Pero rápidamente contestó Esteban: “Me dan miedo los dinosaurios!!
Así siguieron toda la tarde sugiriendo actividades para hacer con los niños en Madrid ese fin de semana. Los teatros fueron la siguiente opción, el teatro Real y otros muchos teatros, incluidos los teatros infantiles, salieron por la boca de los padres, pero los niños se negaron…
También surgió la idea de ir a un concierto musical para niños, pero a Laura la asustaban los altavoces y su sonido tan estruendoso…
Esteban también propuso ir a ver un partido de fútbol, pero los padres no consideraban que esta fuera una actividad para niños…
Salieron también las opciones de visitar alguna exposición infantil, espectáculos para niños, ir de cuentacuentos, o de ir al circo, pero al final siempre había alguien a quien no le gustaba la opción.
Circo en Madrid. Actividades para niños

¿Qué hacer con niños en Madrid?

Esa era la pregunta que atormentaba a los padres esa tarde, y al final, ya cansados, le dijeron a los niños:
Como no sois capaces de poneros de acuerdo, incluso con la cantidad de actividades para niños que hay en Madrid, al final vamos a ir con vosotros al parque para niños de aquí abajo, a jugar con la pelota.
Los niños salieron a jugar un poco decepcionados, y aunque se lo pasaron muy bien, hablaron entre ellos para ponerse de acuerdo la próxima vez en qué actividad elegir para hacer en Madrid en su tiempo de ocio.
FIN
RESPONSABILIDAD.
Cuentos infantiles para niños escritos por: Marta Garcia de Herreros, Barcelona.
Isaac era un niño de diez años que padecía insomnio. Por alguna desconocida razón, pasada la media noche se despertaba y nada le servía para conciliar de nuevo el sueño. Había probado contar ovejas, leer cuentos de aventuras, beber leche caliente, montar rompecabezas pero todo era inútil.
Un médico le sugirió que oír el ruido del mar le ayudaría a dormirse. Desesperados sus padres decidieron mudarse a un pueblecito de mar y alquilaron una torre sobre un acantilado. Isaac estaba maravillado con aquel lugar.
La primera noche se fue a dormir con la ventana bien abierta. Escuchaba el rumor del mar como una si se tratara de una melodía de buenas noches, pero la emoción acumulada le impidió de nuevo dormirse. Se levantó y de puntillas salió por la puerta trasera que daba al jardín. No llevaba linterna pero el cielo estaba muy iluminado y él no le tenía miedo a la noche.
Cuentos infantiles - La luna y el pajaro
Llevaba un rato caminando por los acantilados cuando de repente divisó una figura. Se acercó con cautela como si fuera un espía de película y se escondió entre unas rocas. Cuando la vista se le acostumbró a la oscuridad vio a un hombre mayor sentado en el borde del abismo. Entre las manos sostenía una caña de pescar muy larga que llegaba hasta el mar. De vez en cuando recogía el hilo de la caña, separaba algo que Isaac no conseguía ver y lo dejaba en una cesta a su lado.

Pasado un rato, el hombre cogió la cesta con las dos manos y miró fijamente el cielo. A continuación sacó uno de los objetos que había acumulado y lo lanzó hacia arriba con mucha fuerza. Luego sonrió y volvió a repetir la acción anterior.
“Está loco” pensó Isaac temblando de frío desde su escondite. Se volvió hacia la cama y pensando el misterio del pescador nocturno se quedó profundamente dormido.
Las siguientes noches a la misma hora Isaac volvía sigilosamente a la punta del acantilado y siempre encontraba aquel curioso personaje.
Observaba con cautela como pescaba con la larga caña y cuando lo veía marchar volvía a la cama, pero nunca conseguía ver qué tenía en el carrito y por qué lo tiraba de aquella manera tan extraña. Una noche en un acto de valentía, se acercó más al pescador y conteniendo la respiración miró el interior del cesto. ¡Estaba vacío!
Pasaron los años; Isaac cansado de buscar una respuesta se olvidó de aquel misterio y con el tiempo llegó a pensar que habían sido imaginaciones suyas. Terminó la escuela, el instituto, se fue a la universidad de una ciudad lejana, y después viajó solo por el mundo, descubriendo lo que más le fascinaba.
Un día, leyendo el diario en un parque, una noticia llamó su atención: “Cinco meses seguidos sin estrellas” decía el titular. Se desconocían los motivos, físicos y astrólogos estaban investigando la misteriosa desaparición. Aquella noche Isaac se quedó despierto mirando el cielo y efectivamente, no pudo distinguir ningún puntito blanco que brillase en la oscuridad del manto negro. La luna estaba sola.
Guiado por una inexplicable intuición al día siguiente cogió un tren y volvió a casa, a la torre del acantilado. Llegada la medianoche salió a caminar por los parajes que tanto conocía, hasta el lugar donde solía ver el pescador años atrás. Esperó y esperó y no vino nadie.
Entonces se dio cuenta de que allí entre las mismas rocas en las que se escondía entonces había un bulto cubierto de hojas. Las apartó cuidadosamente y encontró dos objetos que reconoció inmediatamente: un cesto y una caña muy larga. Enrollada en el mango de la caña había un pergamino que decía:
Las estrellas son muy frágiles Isaac, cada noche unas cuantas caen al mar y alguien las tiene que rescatar antes de que se desintegren. Este soy yo, el pescador de estrellas, te puedo asegurar que mi trabajo es único en todo el mundo. Pero ya soy mayor, necesito un sustituto y no se me ocurre mejor persona que tú. Aquí te dejo las instrucciones pero recuerda que no puedes decírselo a nadie. Cada noche tienes que venir en el acantilado, tirar la caña al mar y pescar las estrellas que veas reflejadas. Sólo tú serás capaz de verlas. Cuando hayas terminado lánzalas arriba con toda tu fuerza y ellas se mantendrán solas, ya lo verás. Hay estrellas que tienen su lugar en una constelación y otras podrás colocarlas donde quieras. ¿Preparado para empezar? El cielo es tu lienzo, tú decidirás como lo quieres pintar. ”
Así es como Isaac se convirtió en el nuevo pescador de estrellas, el trabajo más fascinante que hubiera podido soñar. En pocos días el cielo recuperó su luz y la luna se rodeó de nuevo de sus brillantes compañeras. ¿Has podido reconocer, alguna de las constelaciones que inventó?
FIN
 
ESFUERZO.
En una tierra muy muy lejana, hace mucho mucho tiempo, existió un dragón llamado Rufus, en un reino donde gobernaba la paz y la armonía.
Rufus era el único dragón que existía por aquel entonces. Él fue el único descendiente de los últimos dragones que quedaban en todo el planeta. Los reyes lo consideraban como el guardián del reino.
Rufus iba a cumplir en pocos días su primer año de vida, por lo que los reyes le iban a preparar una fiesta de cumpleaños.
Cuentos-cortos-el-cumpleanos-del-dragon

El día de su cumpleaños Rufus bajó a desayunar desde su torre como todos los días. Pero ese día, encontró algo que no era normal, ¡no le habían preparado el desayuno!
Enfadado, fue al salón del palacio real, y sin mediar palabra abrió las puertas y, pensando que no había nadie, se desahogó, abrió la boca y llenó de llamas todo el salón.
Cual fue su sorpresa cuando abrió los ojos y vio todo el salón lleno de gente que querían celebrar su cumpleaños.
Por suerte, Rufus no incendió a ninguna persona, y lo único que se quemaron fueron las velas de la tarta que le habían preparado.
Así que, celebraron felizmente el cumpleaños y el dragón Rufus aprendió que no tenía que enfadarse porque no le preparasen el desayuno, ya que hay cosas mucho más importantes que esas, como estar feliz y sonriente todo el día.
FIN
PAZ.
Había un vez una mamá elefante que vivía en la sabana, rodeada de grandes árboles, jirafas, rinocerontes y un sin fin de lagos cuyas aguas eran de un azul cielo.
Un día la mamá elefante tuvo un elefantito, al que llamó Pumba.
Era un elefantito adorable, sin embargo Pumba tenía mucho miedo a dormirse ya que pensaba que si se dormía, vendrían los leones a comérselo.
La mamá elefante que tenía mucha paciencia tuvo una idea para ayudar a su pequeño hijo a que durmiera plácidamente.
Para dormir a un elefante
Mamá elefante preparó una hamaca entre dos palmeras para que Pumba pudiera descansar. Sin embargo, no había forma, Pumba no cerraba los ojos por nada del mundo
Así, mamá elefante tuvo otra idea, le cantaría una canción para dormirse que aprendió de su abuela.
Mamá elefante empezó a cantar:
- Un elefante se balanceaba sobre la tela de una araña, como veía que no se caía fueron a llamar a otro elefante, dos elefantes se balanceaban
Y así mamá elefante siguió cantando, hasta llegar a 20 elefantes, y por fin Pumba se quedó dormido.
Así fue como la mamá elefante consiguió que Pumba pudiese dormir profundamente olvidando sus miedos.
FIN
GENEROSIDAD
En un lugar del bosque había una casita abandonada, un Duende anciano que vivía en la cavidad del tronco de un árbol la descubrió y decidió pintarla pero… tenía varios tarritos de distintos colores, así que fue usando un poco de cada uno y luego de varios días de trabajo, la casita multicolor quedó terminada.
El señor duende era viejito, tenía una barba blanca muy larga y usaba un sombrero con varios parches, no tenía dinero y para conseguir comida iba a recoger frutos de los árboles.
Un día empezó a recolectar ramas y con mucha paciencia fabricó una cama.
Cuentos infantiles - El duende verde de la casa
- Qué bueno, ya tengo casa y también una cama!, dijo feliz el duende.
Una noche llovía mucho, se oían truenos y los relámpagos iluminaban el bosque, el duende abuelo dormia tranquilo, de pronto unos golpecitos en la puerta lo despertaron.
- Podemos dormir esta noche aquí? , le preguntaron.
Se levantó para abrir y allí estaban dos pequeños duendes, mojados, embarrados y temblando de frío..
- Pasen, pasen, está lloviendo mucho afuera, contestó.
- Qué hermosa casa tienes!, dijo uno.
- Y qué bien pintada, agregó el otro.
- Nos quedaremos solo esta noche, mañana continuaremos el camino.
- Pueden quedarse, acá vivo solo, dijo el duende anciano mientras les alcanzaba un té caliente.
Al día siguiente, los pequeños huéspedes abrieron una caja de madera llena de monedas de oro que su bisabuelo les había regalado para que pudieran comprar sus víveres hasta que fuesen adultos, y los duendecillos decidieron ayudar al abuelo, ya que vieron que estaba un poco enfermo.
- Aaaaahhhhhchissss……aaaaahhhhhchissss, estornudó el viejito… voy a acostarme me duele mucho la cabeza, dijo.
Al decir esto los pequeños duendes decidieron quedarse y al otro día fueron a buscar una hierbas curativas y en el camino se encontraron con la bruja Elena que les ayudó a conseguirlas.
A la pocas horas, regresaron y prepararon el té mágico, luego de beberlo el señor duende empezo a sentirse mejor y más tarde estaba totalmente curado.
Con gran alegría los jovenzuelos decidieron construir un gran castillo para alojar a todos los duendes que pasen por allí y no tengan donde dormir.
Entonces… utilizando su gran poder y su magia convirtieron la pequeña casita multicolor en un enorme castillo también multicolor,
Desde ese día vivieron allí los tres y de tanto en tanto, cientos de duendecillos que pasaban por allí, tenían hospedaje en el castillo porque el abuelo y los duendecillos eran muy bondadosos!
FIN